A
ti
PAZ…
“Porque siento que
me escuchas entre
nubes de algodón”.
Yo quiero saber…
Si
alguna vez te has preguntado sobre la existencia de los ángeles.
Te confieso que yo me lo he preguntado en varias
ocasiones.
La primera
vez que te escuché hablar sobre el límite de nuestro raciocinio humano para
poder aceptar lo que a nuestros sentidos le puede parecer inaceptable o irreal, la
curiosidad invadió mis pensamientos y desde esa noche, añoré creer como tú.
Necesité creer como tú.
Mi
primera sorpresa fue cuando descubrí que
la palabra "ángel" se deriva de la palabra griega aggelos, la
cual significa "mensajero."
Paz, me resulta fascinante la posibilidad de
que los ángeles sean capaces de habitar
entre nosotros sin ser vistos.
Que nos
acompañen en nuestro transitar por la vida…
Que nos transmitan mensajes de paz cuando más los
necesitamos y
que sequen nuestras lágrimas cuando la tristeza
nos invada.
Al
principio, me imaginé que todos tuvieran
rostros de porcelana, largos ramilletes
de tirabuzones de multicolores acariciando sus amplias sonrisas de marfil.
Más
tarde, al escudriñar las Sagradas Escrituras hallé un versículo que
aclaró momentáneamente mis dudas sobre su apariencia.
En el libro de Daniel se nos narra como el profeta Daniel vio un ángel
con brazos y piernas que le recordaban el metal pulido y las piedras preciosas,
y con un rostro como el relámpago (Daniel
10:5-6).
¿Te lo
puedes imaginar Paz?
Nada
menos…un rostro tan luminoso como un relámpago.
!Es
increíble!
Además Daniel vio
con sus propios ojos a Gabriel volando con presteza con el fin de
brindarle entendimiento y sabiduría para poder interpretar la visión que había
tenido.
Volar… ¡Realmente divino!
Los
ángeles son capaces de abrir sus alas y
emprender el vuelo .
¿Cuántas
alas podríamos imaginar tendría Gabriel mi querida amiga?
¿Dos?
¿Cuatro?
¿Cómo he
de hallar la respuesta, dulce Paz?
Tú ya
no estás para saciar mi curiosidad; mi ingenuidad constante.
Pero de algo estoy segura hoy tú habitas
entre ellos. Y no hay lágrimas en tus
ojos…
Recuerdo tus melódicas canciones que disfrutábamos todos alegremente en Ortigueira.
Ahora yo siento.
Ahora yo creo que tu voz acompaña a miles de
serafines y querubines con cánticos y alabanzas al Padre Eterno en la morada
celestial.
“Porque en El fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados; sean potestades; todo fue creado
por medio de El y para El. Y El es antes de todas las cosas, y todas las cosas
en El subsisten.” I Colosenses 1: 16- 17
Amarilis